El bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, que afecta entre un 10 % y un 20 % de la población. Uno de los principales problemas del bruxismo es la presión excesiva que se ejerce en los músculos, los tejidos y las estructuras que rodean la mandíbula, pudiendo causar problemas en la articulación temporomandibular. Además, provoca que los dientes se desgasten excesiva y prematuramente.
¿Crees que puedes sufrir bruxismo? ¡Descúbrelo!
1. ¿Sufres de estrés?
El estrés puede desarrollar síntomas físicos. Y uno de ellos puede ser el bruxismo nocturno. Una buena forma de controlarlo es adoptando hábitos de vida más relajados y alejados de situaciones que nos causan ansiedad.
2. ¿Sufres dolor de oído/cabeza?
Apretar la mandíbula durante toda la noche puede provocar que te levantes con dolor de oídos y/o cabeza. Es otro de los síntomas que te puede hacer sospechar que padeces bruxismo.
3. ¿Notas mayor molestia al tomar alimentos fríos/calientes?
Si notas que sientes molestias a la hora de tomar alimentos fríos y/o calientes, puede que estés sufriendo sensibilidad dental. Y es que el bruxismo puede estar desgastando el esmalte, sobre todo en el cuello de los dientes, y exponiendo la capa de dentina.
4. ¿Tienes las encías inflamadas o te sangran?
El bruxismo puede originar recesión localizada de las encías en algunos casos. Si esto ocurre y la higiene no es correcta puede favorecerse la inflamación de las encías por mayor acúmulo de placa en el la raíz expuesta del diente.
5. ¿Padeces de insomnio?
Si te despiertas en mitad de la noche y sientes dolor mandibular, es probable que sufras bruxismo.
Si has contestado afirmativamente más de 3 preguntas, consulta con tu odontólogo, pues podrías sufrir bruxismo y es conveniente comenzar un tratamiento a tiempo para mitigar sus efectos negativos en tu salud bucal y general.
En la mayoría de casos el tratamiento consiste en la realización de una férula de descarga, un aparato acrílico que se coloca entre los dientes superiores e inferiores para protegerlos y para relajar la musculatura. Es importante que se diseñe de forma adecuada y a medida para cada paciente y según su tipo de bruxismo.