La sensibilidad dental es un dolor provocado por la exposición de la dentina (la parte interna del diente) al exterior y por el contacto con estímulos externos (calor o frío, dulces o ácidos, tacto…). En general, las molestias producidas por bebidas y alimentos a temperaturas muy frías o calientes suelen ser uno de los primeros indicadores de que padecemos este problema.
El desgaste del esmalte, la recesión gingival o un cepillado con excesiva fuerza pueden provocar sensibilidad dental. Ésta, además, puede derivar en caries o enfermedades de las encías si la persona que la sufre no puede llevar a cabo una correcta higiene bucodental a causa del dolor.
Algunos buenos hábitos para acabar con la sensibilidad dental son controlar el consumo de alimentos ácidos (o esperar 20 minutos para cepillarse los dientes en caso de haberlos tomado), no fumar, tratar el bruxismo si se padece y ser constante utilizando productos específicos como, por ejemplo, cepillos especiales que permitan un cepillado suave y pastas de dientes y colutorios específicos para dientes sensibles.
Visitar al dentista periódicamente también te ayudará no solo a tratar sino también a prevenir cualquier problema bucodental.
¿Crees que tienes sensibilidad dental?
¡Realiza este rápido test y averígualo!